La semana Sinde


Esta semana ha estado marcada desde sus inicios por el fracaso de la Ley Sinde, lo que es una buena noticia porque se ha tumbado una ley que permitía al ejecutivo cerrar páginas webs bajo sospecha de descarga ilegal sin orden judicial o lo que es lo mismo algo totalmente anti-democrático. Por otro lado, es una mala noticia, malísima, para los que se han convertido en los villanos más temidos de la blogosfera: Los autores. Y es que seguirán trabajando y cobrando menos de lo que producen: ¡Bien! ¡Podré seguir dándole mi atención (dinero en publicidad) al señor de seriesyonkis! Y es que parece ahora que ganarte la vida con productos culturales está mal visto… sino miren este artículo de Mi madre es idiota.

En él, se hace una fantástica comparación entre los intermediarios que trasportan tomates y las televisiones y distribuidoras. «Agregué a la mula la tercera temporada de In treatment» dice alegremente… No sé, si lo ha hecho pagando atenciones a alguna de las páginas que se está lucrando con poner cada vez más difícil producir algo en nuestra endeble industria cultural, pero sea como sea continúa: «Si yo pudiera bajarme por internet un kilo de tomates pagándole al agricultor el mismo precio que le pagan a él (esto es unos treinta céntimos) y pudiendo ahorrarme así la diferencia respecto a los dos euros que me cobran en la frutería no tengas la menor duda de que lo haría Rafa, lo haría» y finaliza pidiendo que los intermediarios innecesarios se busquen otro trabajo… En principio estoy de acuerdo, salvo porque este razonamiento no se puede aplicar a la televisión o al cine.

En primer lugar, si se pueden eliminar productoras y distribuidoras… De hecho se ha hecho. Podéis ver ‘Malviviendo’, ‘La vida según yo’ o infinidad de series a través de internet pagando treinta céntimos o nada… ¿Qué pasa? Qué no tienen la misma calidad, ni están igual de cuidadas que ‘In treatment’ y que aunque pagues 30 centimos a Rodrigo García o Paris Barclay(showrunners de la serie) a él de poco le serviría para pagar a su equipo y no me refiero solo a los actores y guionistas, ni tan siquiera a los directores… me refiero a los eléctricos, montadores, sonidistas, gente de catering, etc. Después, enlaza otro artículo con «un análisis más serio» del tema y en el nos dejan un argumento escalofriante: «Pero en el debate de la revolución tecnológica y de la revuelta de los consumidores contra los abusos de los dueños del mercado, se manipulan a menudo las cifras. El cine en España no ha parado de crecer en la última década, según los datos oficiales del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Visuales». ¡Sí! ¡Sí! ¡Viva! Cómo han ganado más dinero del que ganaban hace diez años (no hagamos un cálculo del encarecimiento de la vida, ni de las subida  del IRPF u otras cosas que hay que hacer para realizar estos cálculos en condiciones) podemos robarles que son jodidamente ricos… 

Un modelo obsoleto

Hay muchas cosas ciertas en las palabras muchas veces poco objetivas de la blogosfera. La más importante para mi es que es cierto que estamos ante un modelo de distribución obsoleto, lo que para nada es motivo para alabar el robo del trabajo de mucha gente (y no hablo sólo de los derechos de autor). Para explicarlo sencillo, cada vez que un producto pierde dinero, no son sólo los guionistas (esos demonios que quieren robarnos), los directores o los productores… pierde su trabajo mucha gente que necesita su sueldo para sobrevivir (ya enumere parte de ellos antes) y no sólo eso, sino que las empresas que deben invertir en nuevos productos lo hacen ajustando márgenes, perdiendo calidades o perdiendo dinero. En este país (sólo basta estar una tarde en una cafetería para escucharlo de muy diferentes bocas) ser empresario está muy mal visto y ganar dinero también… eso sí que a mí no me toquen mi nómina al fin de mes…

Y es que entre tanta demagogia mezclada con ideas radicales, a veces no nos damos cuenta de que los cambios han de producirse poco a poco y que los negocios tardan en adaptarse a la nuevas tecnologías. En España ya tenemos spotify y nadie ha alabado esta iniciativa de discográficas, distribuidoras y artistas de poner a disposición de todos sus productos sin pagar ni un céntimos (no caigamos el absurdo, está claro que lo hacen porque les beneficia), pero se sigue pirateando música y a la gente le extraña que los autores se quejen… ¿Dónde están aquellos que decían que se bajara el precio de los cds y los comprarían? Ya no es que los hayan bajado… es que son gratis…

En televisión, en Estados Unidos se busca seguir el mismo camino con Hulu o TVGorge para el resto del mundo… pero, ya las páginas webs de las cadenas, Antena 3, La 1 y La Sexta a la cabeza cuelgan sus series y programas para que puedan ser vistos a cualquier hora de manera gratuita o a un precio irrisorio. Pero, lo fácil es demonizar a gente que vive muy bien (o eso pensamos) y así no tener cargo de conciencia cuando no solamente le robamos, sino que pagamos indirectamente a otros por su trabajo. ¿De verdad no les parece normal que se indignen? ¿Algún día Megavideo y Seriesyonkis publicarán el dinero que han ganado con estas prácticas? Aunque, francamente creo que no se trata de dar argumentos ya que nos un conflictos de razones sino de educaciones. Para terminar y explicar esta última afirmación os dejo este fantástico artículo de Daniel Sánchez Arévalo.